Cada mañana cuando nos levantamos tomamos decisiones rutinarias a las que no damos importancia, lavarnos, desayunar y pasear al perro. Un día vamos a tomar el ascensor de casa pero no funciona, debemos bajar a pie tres o cuatro pisos, no mucho. Justo en el primero una vecina quiere bajar una caja pesada. La cogemos sin la menor preocupación por que solo queda un tramo de escaleras para llegar a la calle. Queremos cambiar de mano la caja cuando la cuerda por donde la sujetamos se nos clava en la palma, en esta maniobra tropezamos. La caja nos arrastra escaleras abajo contra la dura pared de delante. Golpe. La cabeza nos duele, alguien grita no te muevas. Después todo oscuro, con intervalos de gente que habla, vecinos, pero cada vez los se los entiende menos. Convulsiones, total oscuridad. No estamos ni vivos ni muertos, sumidos en un sueño donde las voces van y vienen. Algunas de estas son conocidas, otras no. No hemos hablado nunca con nadie de la muerte, ni siquiera hemos mirado si alguien estaba muriendo cerca de nosotros, quizás reducíamos la velocidad del coche al ver un accidente, con un poco de morbosidad. Hemos ido a dar el pésame, pero acabamos saliendo fuera a tomar el aire. A veces muere alguien muy cercano a nosotros y lloramos su pérdida, pero en realidad no conocemos la muerte. Nadie que la experimente puede explicarla, así que nos relajamos y si ha de llegar que lo haga pronto y si es posible sin dolor.
Mi idea imposible es hablar sobre los temores, aquellos con los que convivimos diariamente. He empezado con un relato acerca de como podemos entender la muerte o al menos como la pudo vivir alguien al que conocía. No tengo ninguna afición al gore, ni a la estética del terror que abunda en el cine, la televisión o en las novelas. Simplemente quiero pensar como convivimos con esos temores en nuestra vida diaria.
Ya veremos hacía donde va esta idea.
Me gusta la idea, en principio, me ha parecido incómoda, pero después, me ha hecho pensar! Ahí va uno de mis principales miedos (se puede relacionar con lo que has relatado): El miedo a la pérdida. Literalmente, me paraliza! No tiene porque ser sólo la "pérdida de personas queridas", aunque es el principal. Abarca todo lo que yo creo que podria perder. No es tampoco, solo "perdida material" no se como decirlo (acabaré mezclando los miedos, lo noto!), es la sensación de "muerte" que te producen algunas situaciones. También tiene su lado positivo. La crisis que provoca en mi, hace que "alguna cosa se mueva" i como "el ave Fénix" acabo "renaciendo". Lo que pasa es que "el maldito miedo" también renace...
ResponderEliminarA veces la muerte acompaña dulcemente momentos de pesar extremo, se asoma como una salvación cuando algunos momentos parece insoportable la vida; pero cuando huye caprichosa, te das cuenta que aparece para recordarte que en este preciso momento todo es movimiento y, por tanto vida, y que tú, irremediablemete, estás aquí para disfrutarla, mientras tengas ese regalo.
ResponderEliminarMi miedo principal es el aislamiento. las cárceles que nos ponen o nos ponemos nosostros mismos de cristal, en las que podemos ver, mirar y ser vistos, pero no podemos actuar. Hablo de colapsos, autoboicots y prejuicios. De chillar sin ser oído, ese es mi principal miedo.